domingo, 21 de febrero de 2021

Cuestión de huevos. Escocia (Gran Bretaña)

Cuando viajo por esos mundos no sólo visito monumentos ni camino por las calles de las ciudades, sino que también, por supuesto, visito los museos que merezcan la pena. Por eso hoy, el post gira alrededor de un cuadro y no alrededor de la foto de un monumento o un paisaje.

En 2.004 viajé a Escocia, sola, a mi aire, como a mi me gusta. Recomiendo mucho ese destino. A mi vuelta leí una noticia en un periódico en internet y escribí lo que hoy os presento como mi primera contribución a este blog bajo la etiqueta "Escocia (Gran Bretaña)", y que no será la última, pues Escocia tiene mucho que ofrecer. En primer lugar reproduzco, en letra cursiva, el texto de la noticia y a continuación, en letra normal,  mi comentario.

Los británicos tendrán los huevos más perfectos

 
Para alegría de las amas de casa del Reino Unido, se acabó lo de mirar el reloj para que a la hora del desayuno no hubiera reclamaciones con los huevos pasados por agua.

Científicos del Reino Unido han encontrado la solución ideal para cocinar el huevo pasado por agua perfecto. Se trata de un logo estampado en cada huevo con tinta indeleble y sensible al calor.

Cuando el huevo alcanza el punto de consistencia deseado, aparece el logo en cuestión. El invento fue un encargo de la organización Egg Lion Quality que se preocupa por la calidad de los huevos británicos.

Los huevos llegarán al mercado después del verano y se dispondrá de tres variantes: hard, medium y soft. Para que todo el mundo disfrute el huevo perfecto a la hora del desayuno.

Pues sí señor, parece que para los ingleses el más grave de sus problemas es no poder tomar el huevo pasado por agua del desayuno en el punto justo al gusto de cada cual. Ya se sabe que abrir el huevo y encontrarse con que la yema se ha puesto dura puede destrozarle el día a cualquiera. Por eso han puesto a sus científicos a trabajar en el tema, y parece que han encontrado la solución.

Ni la guerra de Irak, ni el fútbol, ni los grandes problemas que existen en la enseñanza. Ni siquiera la escasez de donantes de semen, calificada de “crisis nacional”, que ha causado que tengan que importar semen de España y de Estados Unidos (en toda Escocia, por ejemplo, hay un solo donante).

Tampoco la mayor preocupación es esa familia real de chiste y chirigota que tienen, con el marido de la reina haciendo chistes racistas y ofensivos cada vez que va a un viaje oficial, el principito que se mete de todo y se disfraza de nazi, los negocios dudosos del príncipe Eduardo y su mujer, el fantasma de Lady Di… Tonterías. Al lado de lo del huevo del desayuno todo son tonterías. Hasta documentales en televisión sobre el tema ha habido. Mientras aquí la 2 programa un documental sobre las hormigas rojas del Amazonas, la BBC graba uno sobre las diversas teorías que existen sobre qué hacer para que el huevo salga perfecto.

El huevo como definitorio de una cultura. Los ingleses con su huevo pasado por agua, sin ninguna gracia. Los americanos con sus huevos a la plancha, con ese aspecto repugnante de babosa blanca. Y mientras tanto, en España, la alegría de un huevo frito, con esa clarita que parece una falda de volantes. Y lo mejor del huevo frito es que no necesitamos que un científico haga una carrera y luego se pase miles de horas en un laboratorio para explicarnos cómo se hace. Hasta la vieja que pintó Velázquez (y que seguro era analfabeta) sabía hacer un huevo frito perfecto. Para colmo de la torpeza, el cuadro de Velázquez lo tienen los británicos delante de las narices, en la Galería Nacional de Escocia, en Edimburgo, y a pesar de todo no se enteran cómo hay que hacer un huevo. Me parece que si no les sirve para nada tener ese cuadro delante de los ojos, mejor sería que nos lo devolvieran.

Todos los estudios científicos están de más. Simplemente, dime cómo haces los huevos y te diré que clase de país eres.