viernes, 17 de septiembre de 2021

Acrópolis de Atenas

 


No me puedo quejar, he tenido la Acrópolis de Atenas para mi sola. No hay secretos, ni tuve que sobornar a nadie. Era una mañana de enero y yo estaba  allí antes de que el encargado de abrir la puerta llegara. Un ligero madrugón (por llamarlo algo) que fue compensado con creces con el hecho de  pasear a mis anchas sin un solo turista a la vista. Después de tantos viajes, poseo varios secretos para que un viaje salga perfecto:

- Elegir hoteles muy céntricos. Mi habitación en Atenas estaba en un hotel situado en la plaza Syntagma, en un ático, tan cerca que pude ir a la Acrópolis andando. Si cogía otra dirección llegaba al Museo Arqueológico Nacional en otro paseo. Y la vista desde la terraza (que tenía el mismo tamaño que un apartamento pequeño) era exactamente la misma que se ve en la foto de arriba (palabra de honor).

- Ir armada de una buena guía y planos de las ciudades. Así pude lanzarme a la calle una tarde en Estocolmo y cruzar la ciudad de un extremo a otro y volver al hotel  yo sola sin tener que preguntar a nadie. Mucha gente piensa que viajar sola es aburrido, pero la sensación de libertad  no tiene precio, y puedo dedicarme a lo que yo quiero, cuando quiero.

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