Aquellas imágenes me llevaron a dos fechas: a mis primeras clases de la asignatura "Arte islámico" en 4º de carrera, donde uno de los primero monumentos que se estudia es la Cúpula de la Roca y a mi viaje a Israel en el verano de 1.997. En ese viaje completé un ciclo, después de viajar a Siria, Jordania, Iraq, Líbano, Egipto. Hasta ese momento Israel era un como un agujero negro que yo deseaba colorear desesperadamente antes de seguir conociendo países de Asia. Verme ante la "cúpula de la Roca", llamada así por cubrir el afloramiento rocoso que los musulmanes piensan que se corresponde con la cima del monte Moria (sin identificar hasta el momento), donde Abrahám estuvo a punto de sacrificar a Isaac y que relacionan con un viaje milagroso de Mahoma desde La Meca a Jerusalén (llamado Isra), específicamente al lugar conocido como Masyid al-Aqsa (lo que se traduce por "la mezquita más lejana"). Isra fue seguida por el Mi'rāŷ, su ascensión al Cielo en un caballo con alas, donde según el hadiz recorrió los siete cielos y se comunicó con profetas que le precedieron, como Abraham, Moisés o Jesús.
A estas alturas no le veo ninguna solución al problema judío-palestino y he perdido la confianza de llegar a conocer el final de este conflicto.
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