jueves, 4 de junio de 2020

templo de Shiva. Isla Elefanta



Una noche en tren, un larguísimo viaje en avión (Madrid-Frankfurt-Nueva Delhi-Bombay) y directamente al puerto de Bombay: hay que aprovechar la marea. Casi una hora de barco y, por fin, la isla Elefanta. Mi primer contacto con India: el santuario dedicado a Shiva excavado en la roca. Silencio, fresco, tranquilidad.

En ese momento se me olvidó que estaba cansada, que estaba deseando darme una ducha, que tenía sueño y hambre, y empezó mi larga historia de amor con la India, que dura hasta hoy.

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